domingo, 21 de abril de 2013

El origen de los elfos y la locura de Génesis

Encontrábase Virgia en forma de mujer desnuda correteando por el Bosque De Vida, llamado así por la frondosidad y la espesura de su flora, su lugar favorito en la tierra de los mortales, feliz, jugaba a ser árbol, a correr con el viento, danzaba con los cervatillos hasta que cansada, decidió ir a beber al arroyo, donde arrodillada vió en el reflejo del agua a un chico humano, era pálido y delgado, de morenos cabellos y ojos color azabache, su naríz fina y en punta hacía un hermoso cuadro con su boca de finos labios. Ella se levantó y miró al chico quien quedo mudo y sin repiración al ver tal belleza ante sí; se desmayó. al rato, despertó en los brazos de Virgia, quien haciendo de su mano un cuenco, le dió a beber puro agua del arroyo, este acto divino tubo una consecuencia, la pureza del agua junto con la mano de Virgia y el amor de una Diosa hicieron al chico mutar, entre gemidos volviose de un color blanco verdoso, mientras sus oscuros cabellos mutaban a un rubio platino, sus negros ojos ahora eran verdes, su escualido cuerpo tomaba la altura de casi dos hombres y finalmente su mente se abrió entendiendo que amaba la naturaleza, que su misión era proteger los bosques y cuidar a todas aquellas criaturas que habitaran en ellos.

El Nuevo Hombre había llegado, ahora él tambien era hermoso, Virgia le miraba fijamente y él respondió con un beso, ambos juntos a la orilla del arroyo yacieron durante rato hasta que la noche cayó sobre ellos, ella no quería irse y él no quería separarse pero dos mundos les separaban, nadie de abajo puede llegar a los cielos, nadie. Tronaba la voz de Génesi en las alturas "Virgia hija mía, regresa junto a tu padre", más ella no fue, decidió estar junto a su Nuevo Hombre, decidió amarle una vez más.

Pasaron asi los días y todo era amor en el bosque, pero no en los cielos, desde allí Génesis observaba colérico como un Extraño Hombre le arrebataba a su hija de los brazos, daba gritos y se retorcía de rabia, así que, por supuesto, sibilinamente se le acercó Necros.
"Padre" decía."no gimas y no te retuerzas por esa hija tuya que se aleja de tí, pues clara es la muestra de desprecio, no te agites ni molestes, no es culpa suya, es culpa de ellos, de los mortales..."

Colérico perdido, Génesis arrasó un tercio del Bosque, dando origen así a una tierra yerma y desolada; otro tercio, lo mal logró, deformó los árboles, enloqueció a las criaturas que allí habitaban, oscureció su luz y su vida dando así origen al Bosque Negro; para cuando iba a destruir el  último tercio Virgia se generó suplicando ante sus pies, lloraba y rogaba que por favor nada hiciera del último tercio que lo dejara vivir. Ante esto, el enfurecido Gran Dios dejó intacto el tercio restante del Bosque y encadenó a Virgia a una pared con unas cadenas que Frahus, desconociendo su función, había con tanto mimo y placer elaborado. "Nunca más, lo oyes, nunca más dejaras el mundo de los dioses" susurró Genesis mientras se alejaba.

Dió entonces origen una época de amargura para los mortales, una época en la que la ira de los dioses diezmaba a poblaciones enteras y el amor de Virgia no hayaba lugar ni en los árboles ni en los corazones.

En la Tierra, el Nuevo Hombre se hayaba solo y aunque aún tenía a sus bestias y a sus árboles, su corazón no estaba lleno, era sabio y por eso, rezaba a su diosa quien, encadenada a la pared oía como su amado le llamaba y eso la entristecía aún más, de modo que se decidió  a llamar a Frahus y a pedirle que construyera una Nueva Mujer para su antiguo compañero pues si no le veía feliz, acabaría enloqueciendo. Seis días y cinco noches tardo la fragua de Frahus en elaborar tan bello encargo y, al ocaso del sexto día, presentóse ante Virgia para que le diera su aliento de vida a la inherte belleza allí postrada.Qué dura fue su decisión, mas que bien hizo, dio vida así a la Nueva Mujer y la envió Junto al Nuevo Hombre para que ambos se reprodujesen y poblaran El Bosque.



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